Dentro de la clase, hemos explorado temas de gran relevancia que considero esencial que todas las personas conozcan. La desinformación no solo obstaculiza nuestro progreso individual, sino también el desarrollo de nuestra nación. Uno de los temas que destacan es la distinción entre derechos humanos y derechos fundamentales, conceptos que, reconozco, desconocía antes de asistir a esta clase. Incluso llegué a confundirlos, pensando que eran intercambiables. Sin embargo, al comprender que los derechos fundamentales derivan de los derechos humanos, mi perspectiva experimentó un cambio significativo. Este descubrimiento me llevó a reconocer que aún existen numerosos aspectos y áreas por explorar y comprender en profundidad.

Ahora, gracias a la información que he adquirido, puedo vislumbrar más allá de lo evidente. Comienzo a cuestionarme si hay otros derechos humanos que deberían considerarse fundamentales y estar garantizados en la constitución para asegurar una vida digna y proteger la integridad de todas las personas. Si bien valoro la importancia de los derechos fundamentales, me planteo cómo podría promover un derecho fundamental en ausencia de un derecho humano.

A pesar de que considero que aún se pasan por alto algunos derechos humanos, al examinar las constituciones anteriores y compararlas con la actual de México, percibo numerosos avances y mejoras. Lo que alguna vez parecía distante o incluso inalcanzable ahora forma parte integral de nuestra vida cotidiana. Este progreso refleja un compromiso renovado con los principios fundamentales de igualdad, justicia y dignidad humana, lo cual es motivo de celebración y nos impulsa a seguir avanzando hacia un futuro más inclusivo y equitativo.

Natalia Xanat Flores Garcia. Estudiante de sexto semestre de la carrera de Responsabilidad social y sustentabilidad