Los Aristolelismas
Este es el decálogo de los "aristotelismas" o falacias de Aristóteles que tergiversó y retrasó el conocimiento empírico-científico de la historia del hombre, "en unos 24 siglos arreo han ido demostrando" (Ortega y Gasset: "La Idea del Principio de Leibnitz"). Todo gracias a éste:
Primero: "Principio de analogía"
editarSi las aves tienen alas como los murciélagos.., o los peces tienen aletas como los delfines, ambos pares de especies deberían corresponder, respectivamente, bajo sendas clases análogas.
Segundo: "Esferas celestes"
editarLa Luna era el límite de todo lo mundano, lo corruptible, lo finito y lo material; más allá se encontraba todo lo celeste, lo continuo, lo etéreo y lo infinito. Los cielos comprenden varias esferas concéntricas circulares (porque era entonces la moda de opinar, que éste era el movimiento más perfecto). La Tierra estaba en el centro y sobre ella se situaba la Luna. Luego venían las esferas celestes, como el Sol y el resto de los astros y planetas, que estaban formados por el éter; que al contacto con el aire producía cierta incandescencia en un espacio envolvente en el que no existía elvacío; más allá se encontraba la esfera de las estrellas fijas, sobre la que se situaba el “Premium Mobile”. Por último, en lo más alto, se situaba el Empíreo, esfera indefinible que no tenía movimiento y donde no existía el tiempo ni el espacio. Aquí se ubicaría el Motor Inmóvil, que movería el resto de las esferas inferiores.
Tercero: "Quintaesencia"
editarLa existencia de cuatro sustancias materiales, inengendradas y eternas, para la composición del universo, las cuales no se pueden descomponer, sino sólo combinarse entre ellas, unas con otras, para originar "infinitos compuestos híbridos"; pero imagina además, la existencia de una quinta sustancia mucho más sutil : El Éter (como quintaesencia). Sin embargo, Aristóteles, el "lógico", no cae en la cuenta que el número máximo de combinaciones entre estos cinco elementos puros, no puede resultar un número infinito de compuestos híbridos potenciales. Es decir, como resultado de un cálculo sencillo de variaciones con repetición: (5 x 5 x 5 x 5 x 5) ; son muchísimos pero NO SON INFINITOS COMPUESTOS POSIBLES.
Cuarto: "Principio de contradicción"
editar[En "Metafísica" K6, 1062 B, 12)] Protágoras infringe el principio de contradicción con su famosa frase "El hombre es la medida de todas las cosas", puesto que interpreta que una cosa puede, al mismo tiempo, ser y no-ser, ser buena y ser mala; o ser bella y ser fea, ya que el hombre es la medida de todas las cosas. Sin embargo, el equino de Aristóteles confunde y tergiversa el enunciado de Protágoras: Pues para que éste hubiese infringido el principio de contradicción, hubiera necesitado afirmar que, algo podía ser y no-ser, ser bueno y ser malo, o ser bello y ser feo, siempre que fueran estos al mismo tiempo, y no en relación a la medida en que los definirían distintos hombres.
Quinto: "Teoría del ímpetu"
editarLos cuerpos ligeros como el fuego se movían de modo natural "hacia arriba"; y el hecho que los cuerpos pesados como el plomo se movieran "hacia abajo". De cómo también existían otros movimientos no naturales sino "violentos", que eran aquellos resultantes del ímpetu con el cual un cuerpo le imprimía al otro. Aunque este ímpetu lo transmitía el aire, empujando éste al cuerpo hasta que lo frenaba.
Sexto: "Caída de los cuerpos"
editarContinuó inventando "su" invisible física. Un buen día declaró, que los cuerpos más gravosos tardarían mucho menos tiempo en caer libremente de una torre que los más ligeros. Lo cual mal interpretaría, sobre todo si lo ejecutó en un contraproducente día de brisa. Se dedicó, sencillamente, a "deducir" y visionar falaces conclusiones que obtenía directamente de la experiencia, sin un análisis ni valoración crítica de los resultados. Un cuerpo que pesara diez veces más que otro, tardaría diez veces menos en precipitarse en caída libre".
Séptimo: "Felicidad del hombre"
editarConsideraba que la felicidad de un burro eran las bajas pasiones y el confort que le proporcionaba su rastrera vida. Sin embargo, perseguía también una "verdadera" felicidad: la del ejercicio de la vida intelectiva y de la contemplación. Aristóteles nunca reflexionó sobre la posibilidad que la verdadera felicidad del hombre no era el saber, el conocimiento, o la inteligencia... ¡no...!, ni había que buscarla fuera de él....; porque la tenía dentro..., junto a su duro corazón. Porque la verdadera felicidad del hombre ha estado siempre en el amor y en la entrega por nuestro semejantes.
Octavo: "Teoría sobre la mujer"
editarLa mujer era como: "Un hombre imperfecto"; lo que demuestra, una vez más, sus máximas capacidades machistas, tanto en el sentido biológico, psicológico, ético y metafísico. Pues: ¿Por qué no considerar, desde el punto de vista relativo, y siguiendo un silogismo inverso, que: "Un hombre es una mujer imperfecta a la que le sobraría algo...".
Noveno: "Ética y política"
editarSi para Aristóteles el hombre era un "animal político", para el político de ahora, en cambio, representaría Aristóteles ser un verdadero animal. Pues: Ni las virtudes se adquieren por medio de la repetición ("la letra con sangre entra"); ni la principal virtud es la justicia, si ésta no se fundamenta en la libertad, y en una ética homóloga y convencional. Esta bien aplicar en política el sentido común, pero muchas veces éste, no es suficiente como el más común de los sentidos.
Décimo: "Sistema de gobierno y estado"
editarAristóteles, justificaba cualquier tipo de gobierno del Estado si éste era "aceptado" por su pueblo; incluso para la tiranía y la oligarquía. La democracia, además, la considera gobierno del pueblo, pero sin las mujeres y sin los esclavos. En el fondo, contradice el más elemental derecho niversal de la raza humana: su albedrío.