Literatura universal/Renovaciones del siglo XX

Novela editar

La literatura de la primera década del siglo XX esta marcada por la "Belle Époque" siendo brutalmente interrumpida con el estallido de la I Guerra Mundial y después de esto viene la vanguardia donde aparecen algunos autores de protesta como son:

  • Marcel Proust: novelista francés, que destaca por su uso del flujo de consciencia en la novela.
  • Franz Kafka: escritor checo, que plasma situaciones absurdas en la sociedad post-moderna.
  • James Joyce: explora los límites de la literatura.
  • Virginia Woolf: primer escritora feminista.

Con estos autores de protesta, nace la literatura contemporánea.

Poesía Moderna editar

En el siglo XIX surge el movimiento del Parnaso que puede resumirse en una idea: Arte por el arte, ya que promueve la belleza como el interés de la poesía. Es Théophile Gautier, quien lanzó el principio del arte por el arte en 1830 en su prefacio a Mademoiselle de Maupin, es en esta época que surge la poesía en prosa que marcara a los poetas del siglo XX que buscaran nuevas formas de expresarse como los surrealistas, los dadaistas o los expresionistas, etc.

Teatro editar

Las claves de la renovación editar

El teatro llega al siglo XX con una evidente necesidad de renovación, pues el género llevaba estancado desde el siglo XVIII. La llegada del cine y de las vanguardias a la literatura acelera esta renovación, que tiene el objetivo de hacer del teatro un espectáculo total. Para ello, era fundamental renovar la escena. Se van a centrar en dos aspectos:

  • Montaje teatral: la llegada de múltiples avances técnicos permitía cambiar radicalmente el concepto de montaje en el teatro, se añaden nuevas formas de introducir la música, los juegos de luces… son recursos muy importantes en variantes teatrales que destacan la subjetividad, como el teatro expresionista del momento. Por otro lado, a lo largo del siglo se han desarrollado nuevos formatos, como el teatro de calle.
  • Importancia del actor y del director, reflejada en las siguientes características que rodean a esta renovación:
  1. La identificación absoluta entre actor y personaje, para naturalizar la representación.
  2. El concepto de cuarta pared, que consiste en obviar al público durante la representación para ganar en naturalidad. Fue desarrollado por el director francés Antoine.
  3. La improvisación, dar mucho margen al actor durante la representación. Fue algo especialmente defendido por el ruso Stanislavsky.
  4. La importancia de la expresión corporal, necesaria para mejorar la expresividad del actor. Fue desarrollada de forma muy importante durante la segunda mitad de siglo por Grotowsky.

En general, se pretende acercar el teatro a la vida cotidiana. Los autores y críticos teatrales claves en la renovación fueron:

  • Alfred Jarry, que destaca por intentar “despertar” al público, ya que para él, como para muchos autores del momento, el espectador era pasivo e indiferente. Por ello, Jarry usa lenguaje malsonante, se burla del público, despertando en él rabia que le activa ante la representación. Su obra más destacable fue “Ubu rey”, publicada en 1896, seguida por otras que utilizan el mismo personaje (por ejemplo, “Ubu encadenado”, en clara referencia a “Prometeo encadenado”).
  • Antolin Artaud, más importante por su labor crítica y teórica que como autor. Tras iniciar su carrera literaria en el movimiento surrealista, sale de él por divergencias en cuanto al papel sociopolítico de la literatura. Desarrolla el llamado teatro de la crueldad, un subgénero que busca la naturaleza pura del hombre, el salvajismo que aparece al anular la influencia de la sociedad. Por ello, se hacen muy importantes lenguaje corporal, la ambientación musical y la improvisación del actor. En general, supone una subordinación del texto dramático a la escena.
  • Luigi Pirandello, que destaca por llevar la improvisación al máximo, de forma que ninguna representación de la misma obra es idéntica a otra. También es reseñable el teatro reflexivo que realiza, por el cual se le va a considerar un precursor del existencialismo, pues va orientado a mostrar la teatralidad de la vida y la duda sobre la realidad, mostrada en técnicas que va a emplear, como el teatro dentro del teatro.

El teatro del absurdo y el teatro de compromiso editar

Además de estos autores, otros dos movimientos van a tener especial importancia en esta renovación teatral:

  • Teatro del absurdo, que se basa en la búsqueda del sentido de la vida humana, puesto en entredicho por el contexto histórico de las dos Guerras Mundiales. Esta influencia del caos que vive la humanidad es similar a la que se ve en el resto de géneros literarios. En este teatro se vuelve extremadamente importante el irracionalismo y la incoherencia como ejes de la representación. Entre los autores, destacan:
* Eugene Ionesco, autor rumano afincado en Francia. Tiene obras como La cantante calva, en la que no hay tal cantante, La lección, que consiste en enseñar lo que significa la palabra “cuchillo” matando a alguien, o Las sillas, una reunión en la que sólo hay dos actores en escena, mientras que el resto de personajes son imaginarios.
* Samuel Beckett, autor irlandés afincado en Irlanda. Profundiza en esa búsqueda del sentido de la vida, mostrándose más pesimista que Ionesco y más centrado en la soledad humana. Su obra Esperando a Godot es emblemática entre el teatro del absurdo por mostrar la anulación de elementos esenciales en el teatro tradicional, de forma que no hay ni un escenario definido, ni los personajes tienen identidad, puede intercambiarse entre ellos.

Otras obras suyas son Días felices, centrada en el progresivo hundimiento de un hombre en la arena, o Breath, el breve llanto de un bebé abandonado.

* Juan Genet, que se caracteriza por mezclar teatro del absurdo y teatro de la crueldad.
  • Teatro de compromiso o teatro épico, con la figura central de Bertolt Brecht. Su rasgo fundamental es la intención sociopolítica, pero Brecht no se adscribe a ninguna ideología determinada en sus obras, sino que pretende una toma de conciencia crítica por parte la sociedad. Por ello, la reflexión se hace fundamental en sus obras, y se eliminan cualquier tipo de identificaciones sólidas para alejarse de las ideologías.

La reflexión necesita de cierto alejamiento por parte del espectador hacia la trama. Para ello, Brecht no va a dudar en cortar la misma, mediante parábolas que se introducen, otros textos narrativos, elementos como canciones o adelantamientos de lo que va a ocurrir, que permiten al público reflexionar. Obras suyas son Antígona, una adaptación de la obra de Sófocles al ambiente nazi alemán, El círculo de tiza caucasiano, La vida de Galileo, Tambores en la noche, Madre coraje y sus hijos, o La excepción y la regla.

Otras corrientes en el siglo XX editar

No existió en el siglo XX únicamente el teatro basado en la renovación de principios de siglo. También hubo autores continuistas, como Shaw o Girandeux, y otros autores que se agruparon bajo el sobrenombre de “jóvenes airados”, que se caracterizan por innovar en cuanto al contenido en lugar de en cuanto a la forma, y orientar sus obras hacia la crítica social. Destacan John Osborne, Harold Pinter, y posteriormente, Tom Stoppard.