Historia contemporánea de España/Lección 2 Lectura

Tema 3 Absolutismo y liberalismo (1814-1833)

1. La Restauración de Fernando VII 2. El trienio liberal 3. La década absolutista 4. La pérdida del imperio liberal


El Tratado de Valençay (11-12-1813) restituyó en el trono a Fernando VII a cambio de romper la alianza con los ingleses. Cuando Fernando VII regresó existían en el país gravísimos problemas que sólo una reforma enérgica habría podio resolver. La incapacidad para encontrar soluciones se convirtió en un lastre que arrastró el país durante su historia contemporánea.

Problemas derivados de la guerra:

Económicos: Descenso demográfico y hambre. Ruina de la agricultura y paralización del comercio con América. Favoreció la formación de un ejército liberal. Durante la guerra los altos cargos del ejército dejan de estar en manos de la nobleza. Los dirigentes proceden de las clases populares. Este ejército tendrá gran influencia en la historia posterior. Favoreció la independencia de las colonias americanas. También en ellas se produjo un vació de poder debido al cual se forman juntas que dependen de la Junta Central. Cuando la Junta Central se disuelve se inician movimientos separatistas para alcanzar la independencia. Problemas derivados del Antiguo Régimen: Se mantienen los privilegios. La nobleza y el clero no pagan impuestos. No se hace una reforma fiscal y esto dificulta la industrialización, porque el equilibrio financiero sólo se puede mantener reduciendo los presupuestos.

Problemas políticos: Se produce una progresiva radicalización del enfrentamiento entre absolutistas y liberales. Este proceso de enfrentamiento da nombre a las tres etapas del reinado de Fernando VII:

1. La restauración del absolutismo (1814-1820)

Cuando Fernando VII regresó a España encontró apoyo para restablecer el absolutismo. Un grupo de diputados le entregó el denominado “Manifiesto de los persas” en el que le pedían que restableciese la monarquía absoluta y el pueblo le aclama como el rey deseado. Por el real decreto de 4 de mayo de 1814 declara nula y sin ningún valor ni efecto la Constitución y los Decretos. La facilidad del triunfo favoreció la radicalización del absolutismo que caracteriza este periodo. Se restablecen los privilegios, las instituciones y el tribunal de la Inquisición. La ideología de Fernando VII coincidía plenamente con la de los países europeos que había derrotado a Napoleón y que, reunidos en el Congreso de Viena, trataban de restablecer el orden anterior a la Revolución Francesa y Napoleón. España, por haber firmado la paz por separado y por voluntad inglesa, no se beneficio de la derrota de Napoleón. La oposición liberal excluida y perseguida, recurre a la conspiración y el pronunciamiento [Espoz y Mina (1814), Lacy (1815), Porlier (1817)]. En 1820 triunfa el pronunciamiento de Riego (un pronunciamiento es un levantamiento militar para derrocar el gobierno), se mostró como un método rápido para llegar al poder y la intervención del ejército será frecuente en la historia de España.

2. El trienio liberal

En 1820 triunfa un pronunciamiento liberal. El comandante Riego y el general Quiroga sublevan en Cabezas de San Juan (Sevilla) un ejército que estaba preparado para partir hacia América para sofocar un levantamiento independentista. Contó con el apoyo de numerosas ciudades y el rey se vio obligado a jurar la Constitución y convocar las Cortes. Se restablece la Constitución de 1812 y gran parte de de la legislación de las Cortes de Cádiz. Se suprimen privilegios, se garantizan derechos y libertades, y se suprime el tribunal de la Inquisición que ya no vuelve a restablecerse. Sin embargo, esta experiencia liberal fue un fracaso por los siguientes motivos: a. La minoría liberal no contaba con el apoyo popular. Se dividieron en moderados y exaltados. b. El funcionamiento del sistema era confuso. Las Cortes asumían el poder ejecutivo y no estaban claras las funciones del rey en el gobierno. c. Oposición de los campesinos que se vieron perjudicados por los impuestos. d. Oposición de los absolutistas que provocó sublevaciones realistas en el País Vasco y Navarra. Su acción más importante fue la denominada “Regencia de Urgell”, una especie de gobierno en el exilio que se constituye en órgano supremo de gobierno hasta que el rey recupere su libertad de acción. En el plano internacional, el triunfo de los liberales en España tuvo gran repercusión, provocando levantamientos similares en Nápoles y Piamonte (oleada revolucionaria de 1820). En esta situación los países de la Restauración no dudaron en responder a la petición de ayuda hecha por Fernando VII a la Santa Alianza. Reunidos en el congreso de Verona deciden enviar a España un ejército francés, los Cien mil hijos de San Luis, que restablece fácilmente el absolutismo. Las Cortes se retiran a Sevilla y después a Cádiz, dónde tienen que rendirse. La intervención extranjera puso fin al gobierno liberal.

3. La década absolutista u ominosa (1823-1833)

La vuelta al absolutismo significó una durísima represión contra los liberales. Hubo varias ejecuciones (Riego, Mariana Pineda) y muchos exiliados a Francia e Inglaterra. Desde 1826 se establece un absolutismo más moderado en la línea del Despotismo Ilustrado, aunque la política de reformas no pasó de un simple gesto, porque el estado carecía de medios para llevarla a cabo. Este absolutismo moderado provocó la reacción de los absolutistas más radicales, llamados realistas, que empiezan a agruparse en torno al infante Don Carlos formado el grupo de los apostólicos. El reinado iba a cerrarse con un grave problema: la sucesión al trono. El problema se plantea con el nacimiento de la princesa Isabel (1830), hija de Fernando VII, ya que Felipe V había establecido en España la ley Sálica. En 1789 Carlos IV elaboró una Pragmática Sanción que la derogaba. Fue aprobada por las Cortes pero que no fue promulgada. En 1830, ante el nacimiento de la princesa Isabel, Fernando VII promulga la Pragmática Sanción. En 1832 la deroga, pero poco después, durante una grave enfermedad, una conjura palatina la obliga a restablecerla. El infante Don Carlos es desterrado por negarse a reconocer como reina a su sobrina Isabel. Nace el Carlismo, problema dinástico, pero también político e ideológico.

Independencia de las colonias americanas

Entre 1810 y 1824 España pierde todo su imperio colonial excepto Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El proceso de emancipación comenzó durante la Guerra de Independencia porque en las colonias también se produjo un vacío de poder. Se formaron juntas que dependían de la Junta Central. Cuando en 1810 la Junta Central se disuelve comienzan los movimientos independentistas. Durante la segunda mitad del siglo XVIII se había empezado a desarrollar en las colonias una conciencia de identidad propia favorecida por la política colonial de los Borbones: La gestión política estaba marcada por la corrupción y por la marginación de los criollos de la administración. La gestión económica, basada en el pacto colonial, había permitido un gran desarrollo económico, pero mantenía la economía colonial en clara dependencia de los intereses de la metrópoli.

(Pacto colonial significa que las colonias son proveedoras de materias primas y compradoras de productos elaborados y entre las colonias y la metrópoli los productos circulan libres de aranceles, mientras que se establecen grandes tarifas con el resto de los países) Además, tras la batalla de Trafalgar, que supuso la pérdida de la flota española, se hizo muy difícil el control de los territorios. En este contexto, la difusión de las ideas de la ilustración y los ejemplos revolucionarios de Francia y EEUU acentuaron las ansias de independencia. Los independentistas recibieron apoyo militar y económico de EEUU y de R.U. En el proceso de independencia se pueden distinguir dos fases: 1. Tentativas independentistas (1810-1815) Cuando se inician los movimientos independentistas España reacciona con medidas políticas (Constitución de Cádiz). Con el regreso de Fernando VII se toman medidas militares. Se envían tropas y el movimiento parece vencido en todas partes. 2. Triunfo de la independencia (1816-1824) Desde 1816 la situación es favorable a los colonos. El Congreso de Tucumán proclamó la independencia de Argentina y se inician las campañas de dos destacados militares: José de San Martín y Simón Bolívar. José de San Martín actúa desde el sur. Tras la liberación de Argentina se produce la independencia de Chile. Simón Bolívar, desde el norte, libera Venezuela, Colombia y Ecuador. En 1821 México proclama su independencia. En América Central se forma una confederación de provincias y en 1824, tras la batalla de Ayacucho, se independiza Perú. Los nuevos países se organizaron manteniendo una profunda división entre los criollos y la población indígena. Los criollos, que ya tenían el poder económico, monopolizaron el poder político y la población indígena siguió marginada política, social y económicamente. Para España la independencia significó la pérdida de un mercado abastecedor de materias primas, de importantes ingresos fiscales para el estado y la pérdida del estatus de gran potencia internacional.