Diferencia entre revisiones de «Antropología filosófica: Cassirer»

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[[Image:Socrates Louvre.jpg|right|120px|Sócrates]]
Como es de esperarse la duda antropológica inicia desde la filosofía, con Sócrates quien se aventura a dilucidar al ser humano. Este máxime pensador logró comprender que solamente en el trato con el hombre es que podemos llegar a conocer su carácter; “no se puede entrar en el secreto de la naturaleza sin haber estudiado antes el secreto del hombre” dice Cassirer, parafraseando al filósofo, y resulta tan clara esta afirmación que aun hoy en día podemos precisar que no podemos conocer el misterio que se enraíza en nuestras sociedades o en nuestras culturas sin antes realmente conocer al hombre.
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[[Archivo:Zenon Kitiefs.JPG|left|120px|Zenón de Citio, fundador del estoicismo]]
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El estoicismo, en contra parte con las tesis de los primeros filósofos griegos;, promulgaba un movimiento “antropológico” más optimista pero centrado en la razón. Para estos pensadores el hombre estaba en el centro del universo y en ese “centro” se encuentra en un eterno equilibrio, advirtiendo que el ser humano solamente será libre e independiente mediante la razón.
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[[Archivo:Saint Augustine by Philippe de Champaigne.jpg|right|120px| San Agustín, representante de la filosofía cristina en la Edad Media]]
Con el paso de los siglos la idea estoica sobre el hombre sería rechazada por la filosofía medieval (siguiente paso histórico en nuestro recuento antropológico), dado a que bajo el pensamiento cristiano el hombre adquirió la característica de un ser eminentemente divino pero rodeado de pecado, cuyo único objeto de existencia en este mundo material era recuperar su “gracia” perdida. La visión antropológica cristiana del medievo deifico la existencia humana pero al mismo tiempo la hizo presa de si misma, pues las virtudes más trascendentales en la humanidad resultaron ser también aquellas que podrían condenar lo primordial en el hombre; su alma. Para la filosofía cristiana el hombre se podía definir como un ser de luz pero a la vez como un ser de gran oscuridad.
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[[Archivo:Frans Hals - Portret van René Descartes.jpg|left|120px130px| René Descartes]]
Cassirer en su recuento histórico sobre la duda antropológica llega a un punto donde considera que el adelanto en las observaciones empíricas removieron las barreras artificiales entre la naturaleza y el hombre, barreras que se impusieron según podemos constatar bajo un enfoque filosófico en el que la humanidad era vista como una criatura epicentrica de toda la creación. Es entonces que aparece Descartes, con su duda universal, quien encierra al hombre en los límites de su propia conciencia (ya de por si un tanto estrecha), desde donde se comienza a categorizar cartesianamente todo nuestro universo conocible. Con esta acción es con la que los filósofos creen encontrar una llave para todas sus incógnitas, esa llave sería la matemática.
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[[Archivo:Immanuel Kant (painted portrait).jpg|right|120px110px|Kant]]
Por otra parte, Cassirer advierte que podemos decir que el hecho humano del “tiempo” y el “espacio” trascurren en niveles diferentes; un nivel organístico y uno de naturaleza simbólica. El autor parafrasea a Kant para señalar que el tiempo es una vivencia interna del ser humano mientras que el espacio es nuestra experiencia externa del mundo que nos rodea.
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[[Archivo:Auguste Comte.jpg|left|120px110px|Comte]]
Podemos pues afirmar junco con nuestro autor que: “El conocimiento humano es, por su verdadera naturaleza, simbólico.” Por ello es que Cassirer se atreve a afirmar que al hombre se le debe estudiar no en su vida individual sino en su vida social, ir más allá de ese texto complejo que representa “el hombre” y que según los antiguos solo podía llegar a ser comprendido mediante la filosofía. Pero antes de eso debemos corregir nuestro método de estudio sobre la humanidad, pues aunque subjetivo este no debe ser nunca individual, tal como lo sostenía el padre de la sociología August Comte al precisar que el hombre no explica a la humanidad sino es esta misma la que debe explicar al hombre.
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