Diferencia entre revisiones de «Manuscrito K»

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== Páginas 260-266 ==
Existen cuatro tipos y muchas formas. Sólo puedo establecer una comparación entre histeria, neurosis obsesiva y una forma de paranoia. Tienen diversas cosas en común: son abreaccionesaberraciones patológicas de estados afectivos psíquicos normales: del conflicto (histeria), del reproche (neurosis obsesiva), de la mortificación (paranoia), del duelo (amentía alucinatoria aguda). Se distinguen de estos afectos por no llevar tramitación alguna sino al daño permanente del yo. Sobrevienen con las mismas ocasiones que sus afectos- modelo, toda vez que la ocasión cumpla además dos condiciones: que sea de índole sexual y suceda en el período anterior a la madurez sexual (condiciones de sexualidad e infantilismo). La herencia es una condición adicional que facilita y acrecienta el afecto patológico. No creo que la herencia comande la elección de la neurosis de defensa. Existe una tendencia defensiva normal, la repugnancia a guiar la energía psíquica de suerte que genere displacer. Se entrama con las constelaciones más fundamentales del mecanismo psíquico (ley de la constancia), no puede ser vuelta contra percepciones, sólo cuentan contra recuerdo y representaciones del pensar. Es inocua toda vez que se trate de representaciones que en su tiempo estuvieron enlazadas con displacer, pero son incapaces de cobrar un displacer actual diverso del recordado. La inclinación de defensa se vuelve nociva cuando se dirige contra representaciones que pueden desprender un displacer nuevo también siendo recuerdos, como es el caso de las representaciones sexuales. Es que aquí se realiza la única posibilidad de que, con efecto retardado, un recuerdo produzca un desprendimiento más intenso que a su turno la vivencia correspondiente. Para ello sólo hace falta que entre la vivencia y su repetición en el recuerdo se interpole la pubertad. Si se ha de quedar exento de las neurosis de defensa es condición que antes de la pubertad no se produzca ninguna irritación sexual importante, aunque es cierto que el efecto de esta tiene que ser acrecentado hasta una magnitud patológica por una predisposición hereditaria. ¿De dónde proviene el displacer que una estimulación sexual prematura está destinada a desprender y sin el cual no se explicaría una represión? No creo que el desprendimiento de displacer a raíz de vivencias sexuales subsiga a la injerencia casual de ciertos factores de displacer. Con un nivel de libido suficientemente alto, no se siente asco y la moral es superada, y yo creo que la génesis de vergüenza se enlaza con la vivencia sexual mediante un nexo más profundo. Dentro de la vida sexual tiene que existir una fuente independiente de desprendimiento de displacer; presente ella puede dar vida a las percepciones de asco, prestar fuerza a la moral.
 
La trayectoria de la enfermedad en las neurosis de represión es en general siempre la misma (fórmula canónica del desarrollo de una neurosis):