Diferencia entre revisiones de «Historia del siglo XX»

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=== Capítulo XV. El tercer mundo y la revolución ===
El tercer mundo es un termino muy ambiguo, ya que se consideran países tercer mundistas a aquellos que no formaron parte de ningún bloque en la II Guerra Mundial. En teoría son países pobres y en vías desarrollo, sin embargo este termino no esta siempre bien usada ya que estos países no pueden estar eternamente desarollandose.
 
=== Capítulo XVI. El final del socialismo ===
En los setenta, China estaba preocupada por su atraso económico, más evidente por el hecho de que Japón era el país capitalista con más éxito. La mayoría de los chinos creían que China era el centro y el modelo de la civilización mundial, en cambio, todos los países en los que había triunfado el comunismo, incluyendo a la URSS, se consideraban atrasados culturalmente y marginales en relación con otros centros más avanzados de civilización. China no tenía ningún sentimiento de inferioridad intelectual o cultural, fuese a título individual o colectivo. Este sentido de autosuficiencia fue lo que les impidió realizar algo parecido a la restauración Meiji de Japón en 1868: donde se abraza la modernización adoptando los modelos europeos. Esta politica sólo se hizo sobre las ruinas del antiguo imperio chino, guardián de la vieja civilización, y a través de una revolución social y cultural contra el sistema confuciano. El detonante social de la revolución comunista fue la pobreza opresión del pueblo chino, es decir, de las masas trabajadoras ellas grandes urbes costeras y el campesinado, que suponía el 90%de la población, y cuya situación era peor que la de la población urbana. El elemento nacional actuaba en el comunismo chino a través de los intelectuales de clase media y alta y del sentimiento difundido entre las masas de que los bárbaros extranjeros no podían traer nada bueno ni a los individuos ni al país. A los comunistas se oponía el partido del Kuomintang, que intentaba reconstruir a China a partir de los fragmentos del antiguo imperio, después de la caída en 1911. La base política de ambos partidos estaba en las ciudades más avanzadas del sur de China y su dirección procedía de la misma elite ilustrada, con la diferencia de que unos se inclinaban hacia los empresarios o hacia los trabajadores y campesinos. Un-Yat-sen, líder del Kuomintang, consideraba que el modelo bolchevique de partido único era más apropiado que los modelos occidentales. Su sucesor, Chang Kai-shek nunca logró controlar por completo al país, aunque en 1927 rompió con los rusos y proscribió a los comunistas, cuyo principal apoyo era la