Diferencia entre revisiones de «Psicología forense/La pena»

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Línea 9:
El método de castigo tradicional para los delitos penales ha sido el uso de centros de retención o cárceles. Aunque se ha querido dar a estos centros un papel de resocialización y reforma, sus principales funciones siguen siendo el servir como mecanismo de control social y de retribución del daño causado, especialmente en aquellos lugares donde la justificación de la pena es principalmente redistributiva o consecuencialista<ref name="ching2012" />.
 
Las cárceles funcionan como medio de control social al utilizarse para proteger a las víctimas, sacando al ofensor de la sociedad. En este aspecto son una solución de corto plazo ya que, excepto en determinados casos, las penas son temporales y solo reducen el riesgo inmediato y no el posterior (el ofensor eventualmente cumplirá su condena y no hay garantía de que su estancia en la cárcel lo disuada de reincidir. Por otro lado su función retributiva es la más antigua y arraigada en la sociedad<ref name="ching2012" /> y es considerada por la sociedad como el método más adecuado para que un delincuente responda por su delito<ref name="conejo2008" />.
 
El fracaso de las cárceles como centros para reintegrar al ofensor a la sociedad y el movimiento hacia justificaciones restaurativas para las penas ha llevado la búsqueda de mecanismos alternativos, ya sea previniendo el delito o resolviendo utilizando medidas penales alternativas. La búsqueda de una mayor equidad social es una de las propuestas preventivas, debido a la mayor proporción de delincuentes provenientes de clases sociales con limitados recursos económicos. Los mecanismos alternativos para resolución de los conflictos incluyen<ref name="ching2012" />: