El payador

Título El payador
Autor Leopoldo Lugones
Año 1916

Capítulo I. La vida épica

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Producir un poema épico es, para todo pueblo, certificado eminente de aptitud vital; porque dicha creación expresa la vida heroica de su raza.

Los más altos intereses de la civilización son la libertad y la justicia. Para conseguir este objeto, los hombres se dan una patria. La poesía épica tiene como objeto específico el elogio de empresas inspiradas por la justicia y la libertad. Con esto, al ser ella la expresión heroica de la raza, defínese por los conceptos de patria y civilización, coincidentes, en ese doble anhelo de excelencia humana: la justicia y la libertad.

No existe un solo poema épico sin héroe masculino. La vida heroica es de suyo viril, porque en todo estado de civilización, la lucha por la libertad concierne al hombre. La misión de la mujer es conservar por medio del buen sentido y de la castidad, el bien adquirido.

Espiritualización de la materia

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Los hombres se han civilizado espiritualmente, conservando y desarrollando aquellos sentimientos que tornan agradable la vida, pero también suprimiendo y modificando aquellos otros que la vuelven ingrata. [...] Cada vez que el hombre experimenta una sensación o una emoción agradables, tiende a prolongar dicho estado y a conservar en su medio circunstante, así como en su propio ser, las condiciones que lo han producido. Contemplación de las bellezas naturales. Así nace el espectáculo de la obra de arte, o sea la reproducción de aquellos espectáculos. [...] Semejante acumulación de ideas y de sentimientos reproducidos por muchas generaciones, constituye los prototipos de belleza, de bien y de verdad que llevamos en nuestro ser como una preciosa milenaria herencia; de suerte que cuando el artista los evoca en nosotros por medio de su obra, nuestro espíritu viva la vida de la raza entera bajo su aspecto superior. [...] por la influencia de esta cosa sobre el conjunto de materia inerte que el cuadro es, éste se transforma en materia espiritualizada. Ahora bien, la espiritualización de la materia constituye el objeto mismo del arte. Por este procedimiento, llegamos a la comunicación directa con la naturaleza y con nuestros semejantes.

Poesía épica

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La caracterización nacional, expresada por la descripción del modo como siente y practica la vida heroica, la raza del poeta; o dicho en términos complementarios, la manera como dicha raza combate por la justicia y por la libertad. La poesía épica es inevitablemente nacional.

El poeta es, en gran parte, un agente involuntario de la vida heroica por él mismo revelada.

Como realización artística, como obra de belleza, el poema debe dar este primer resultado sensible de su verdad: que sus personajes adquieran vida real. Así la verdad suprema que consiste en existir, inmortaliza los prototipos de la raza, y con ellos el concepto de libertad y de justicia cuyas personificaciones heroicas son.

El segundo éxito del poema, o sea el resultado sensible de su bien, consiste en fomentar las ideas y los sentimientos nobles, cual movimientos inherentes a la emoción de belleza, aunque no estén expresos ni sea ese el objeto directo de aquél; de tal modo que el lector se sienta engrandecido en cualquiera de sus facultades superiores: como el valor, el entusiasmo, la piedad; o en todas ellas.

El poema pone al lector en estado de belleza y lo hace sentir la armonía universal. Verdad, belleza, bien. El artista, en virtud de leyes desconocidas hasta ahora, nace con la facultad superior de descubrir en la belleza de las cosas, la ley de la vida.

Privilegio de tener un artista para la raza

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La poesía es una cosa de la mayor importancia en la cultura de los pueblos. El hombres es el máximo valor. Los griegos consideraban que el mejor modo de empezar la educación era la lectura de Homero. Basaban toda su educación física, intelectual y moral, en la estética.

Todo gran arte social, como la epopeya, la ópera, la arquitectura pública, deben buscar los medios conducentes a la popularidad.

El lenguaje reducido a su esencia original, no es más que música y metáfora.

La poesía está formada de imágenes y de música. Con lo cual tenemos reducido el lenguaje a un fenómeno poético: el lenguaje, es decir, el valor humano por excelencia, el instrumento primordial de toda sociedad y de toda civilización, porque es el órgano de relación directa ente los espíritus.

La poesía no ha dejado de ser el elemento esencial en la evolución del lenguaje. Los poemas homéricos habían formado definitivamente el idioma heleno. Todos aquellos que no hablaban correctamente el lenguaje de dichos poemas, eran los bárbaros.

Las primeras lenguas romanas, fueron habladas en verso.

La poesía que transforma un idioma en obra de arte, lo imponen con ello entre los organismo vivos de la misma naturaleza; y como el idioma es el rasgo superior de la raza, como constituye la patria en cuanto ésta es fenómeno espiritual, resulta que para todo país digno de la civilización no existe negocio más importante que la poesía El hombre vale más positivamente hablando, cuanto más culto es; porque así produce más. Y toda la cultura es asunto de lenguaje. Toda la cultura; porque la ciencia, arte, política, guerra, comercio,, dependen de la ejecución de fórmulas y de órdenes que no son sino palabras.

Capítulo II. El hijo de La Pampa

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El gaucho fue el héroe y civilizador de la Pampa. La conquista española había fracasado. Sólo consiguió armar al indio con más eficacia contra la civilización. El indio es incapaz de civilizarse.

El gaucho triunfó por ser híbrido. Sub-raza de transición.

Características: serenidad, coraje, ingenio, meditación, sobriedad, vigor; un tipo de hombre libre. Tenía la emoción de la eterna aventura. Le faltaba al indio: compasión, cortesía, elegancia, melancolía. Virtudes sociales: el pundonor, la franqueza, la lealtad, resumidas en el don caballeresco por excelencia: la prodigalidad sin tasa de sus bienes y de su sangre.

Pero tenía sangra india, con laguerra podía tornarse cruel, brutal, o misántropo.

La vida del hogar era rudimentaria. La mujer era solamente la hembra deprimida por las tareas, para él indignas, de la domesticidad. Sobre ella caía el desprecio del nómada hacia los seres sedentarios.

Mujer. Corta vida amorosa. Enamorada al modo de las hembras primitivas, hijas del rigor. Bella efímera.

El hombre representaba la elegancia. La belleza le importaba más que la utilidad.

El gaucho habíase creado un traje en el cual figuraban elementos de todas las razas que contribuyeron a su formación. Les da un carácter nacional.

El gaucho era guitarrero, y abundaban los cantores. El payador constituyó un tipo nacional.

No respetaba moralmente sino el valor, cultivado con pasión caballeresca.

Gaucho: prototipo del argentino actual. [...] No somos gauchos, sin duda; pero ese producto del ambiente contenía en potencia al argentino de hoy, tan difierente bajo la apariencia confusa producida por el cruzamiento actual. Cuando esta confusión acabe, aquellos rasgos resaltarán todavía, adquiriendo, entonces, una importancia fundamental el poema que los tipifica, al faltarles toda encarnación viviente.

Capítulo III. A campo y cielo

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Expansión de la civilización urbana.

Desaparece el gaucho, y es un bien, porque contenía un elemento inferior en su sangre; pero tuvo una influencia decisiva en la formación de la nacionalidad. Primero porque su definición como tipo nacional acentuó sirvió para construir una personalidad propia que nos diferenciara de España. Y porque contribuyeron en la guerra de la independencia y en la guerra intestina que organizó al país.

Los ricos de las ciudades van al campo, son patrones, tienen a gauchos adictos.

Los gauchos aceptaron el patrocinio del blanco puro con quien nunca pensaron igualarse política o socialmente, reconociéndole una especie de poder dinástico que residía en su capacidad urbana para el gobierno.

Mezcla de ciudad y campo. En el campo leían cartas del presidente, a Lamartine, etc.

Oligarquía: la política no era sino una competencia entre los oligarcas. Tuvo la inteligencia y el patriotismo de preparar la democracia contra su propio interés, comprendiendo que iba en ello la grandeza futura de la nación. Dio los fundamentes de la sociedad democrática: instrucción pública, inmigración europea, fomento de la riqueza y legislación liberal.

Fue un gobierno inteligente. Los mejores gobiernos suelen ser las oligarquías inteligentes.

Ello no disculpa sus errores, entre los cuales figura la extinción del gaucho.

Antes de la independencia. La libertad y la igualdad fueron productos naturales en la tierra argentina. Gran abundancia de alimentos. Nadie tenía hambre. Pero peligros: indios, incendio. Clima.

Peligro y abundancia habían erigido la hospitalidad en el primero de los deberes. El pasajero solía ser cantor.

La guerra de la independencia inició las calamidades del gaucho.

Todo cuanto es origen propiamente nacional, viene de él. La guerra de la independencia que nos emancipó; la guerra civil que nos constituyó; la guerra con los indios que suprimió la barbarie en la totalidad del territorio; la fuente de nuestra literatura; las prendas y defectos fundamentales de nuestro carácter; las instituciones más peculiares, como el caudillaje, fundamente de la federación, y la estancia que ha civilizado el desierto; en todo esto destácase como tipo. La salvación de la libertad fue una obra gaucha. [...] no lamentemos, sin embargo, con exceso su desaparición. Era producto de un medio atrasado y tenía la incapacidad del indio para la evolución civilizadora. La política los explotó y nadie hizo nada para mejorarlo.

La estancia enriqueció al patrón y al colono , pero nunca al gaucho cuyo desinterés explotaron sin consideración.

El gaucho aceptó su derrota con el reservado pesimismo de la altivez. Ya no necesitaba de él la patria injusta, y entonces se fue el generoso.

Capítulo VII. Martín Fierro es un poema épico

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Comienza describiendo la obra de escritores anteriores que toman como personaje al gaucho y en todas ellas muestra fallas en la realidad del personaje, su forma de hablar o sus ideas y en la calidad estética de la obra. No son reales en cuanto a la vida del gaucho. Esto hace que el Martín Fierro sea el único que refleja el alma gauchesca.

Como todo poema épico, el nuestro expresa la vida heroica de la raza: su lucha por la libertad, contra las adversidades y la injusticia Martín Fierro es un campeón del derecho que le han arrebatado un paladín al cual no falta ni el bello episodio de la mujer afligida cuya salvación efectua peleando con un indio bravo, haciendo gala del más noble desinterés. Emigra a las tierras de su enemigo cuando es perseguido.

Procede por inclinación de raza, por índole de idioma y por estructura mental. Su mismo lenguaje representa para el futuro castellano de los argentinos lo que el Romancero para el actual idioma de España. Es la corrupción fecunda de una lengua clásica.

Reune ambos elementos que hasta entonces formaban dos miembros distintos de la épica: idealismo y realidad, agregando la fuente espontánea de la risa Convierte en filosofía amable y placentera el elemento deprimente y vil, ahorrándole a sus semejantes la mortificación del dolor que roe al fuerte. En tal procedimiento consiste aquel arte de la vida practicado por los griegos antiguos. Precepto fundamental de esa filosofía estóica que instituyo el heroísmo en deber cotidiano, es la fibra excelente en la madera del héroe.

Es un valiente oscuro, exaltado a la vida superior por su resistencia heroica contra la injusticia, lo que lo torna más simpático e influyente sobre el alma popular a la cual lleva el estímulo de la acción viril en el bien de la esperanza.

La originalidad de ejecución es completa dentro del lenguaje de la épica; pues aquella cualidad no consiste en la invención ex-nihilo, sino en la creación de nuevas formas vitales que resultan de un orden, nuevo también, impuesto por la inteligencia a los elementos preexistentes. Lugones muestra que esto sucede con todas las obras épicas anteriores, todas tomaron como base alguna obra épica existente. Pero esto no quita nada a la originalidad de la expresión, que constituye el principal elemento.

Venganza de agravios es el móvil inicial del poema como consecuencia de la inequidad autoritaria, como en el Romancero y al igual que en éste nuestro paladín comparte muchas de las características virtuosas.

Ambos héroes son vengativos, pero la venganza es la única forma posible de justicia para el paladín. Lejos de ser antisociales sus actos, restablecen el imperio de la justicia que es el fundamento de toda constitución social.

Cuando uno de esos héroes de la épica personifica aquel supremo ideal humano de la libertad por cuenta propia, reivindicando con esto el imperio de la razón que no tiene límites como el progreso por ella encaminado, su caso viene a constituir el prototipo de vida superior cuya construcción es el objeto de la obra de arte. Llevamos en nuestro ser el germen de ese prototipo, como el de todas las belleza que aquella sensibiliza en nosotros, mejorándonos con tal operación, puesto que así nos hace vivir una vida más amable.

Fue una obra benéfica la que el poeta del Martín Fierro se propuso realizar. Quiso que su poema empezara la redención de la raza perseguida. ¿En qué sino en descripciones y pinturas de caracteres consiste la poesía épica?

El Martín Fierro es una creación arrancada a las entrañas mismas del idioma, es poesía nueva y sin embargo habitual, describe caracteres vigorosos y exactos, es sentimiento tan profundo de la naturaleza y del alma humana.

El prodigio de crear estriba, precisamente, en la inferioridad de los elementos que, ordenados por la inteligencia, producen un resultado superior He aquí como debe comprenderse el espíritu de los poemas épicos, que no son obra lírica, vale decir, sino narraciones de la vida heróica, muchas veces asperas como ella y también amargas y misteriosas.

Cuando nuestros gauchos se regocijan con el poema que a los cultos también nos encanta, es porque unos y otros oímos pensar y decir cosas bellas, interesantes, pintorescas, exactas a un verdadero gaucho.

Él fue quien comprendió primero, correspondiendo a la intención del poeta, con uno de esos éxitos cuya solidez es otra grandeza épica. José Hernández sabía que la existencia humana no es puro recreo lírico. Sabía que las miserias, las asperezas, la prosa de la vida, en fin, forman parte de la obra, porque el héroe es un hombre y solo a causa de esto nos resulta admirable. De modo que el gaucho Martín Fierro tomo pronto existencia real. Es esa la verdadera creación, el concepto fundamental de los clásicos. Así vivían los héroes homéricos. De esta manera el vínculo de la raza se fortalece en el que cree verlo o escucharlo.

En todo rancho existe un ejemplar del Martín Fierro. Los que no saben leer lo aprenden al oído. Todos se deleitan con la recitación. Tal fenómeno de sensibilidad, autoriza el orgullo de cualquier gran peublo. Ya he dicho que constituye también un resultado épico de la mayor importancia para la apreciación del poema. Esta es la única obra permanente y popular de nuestra literatura.

El ejemplo de vida heróica formada alternativamente de valor y de estoicismo es constante. El ideal de justicia anima la obra. El amor a la patria palpita en todas sus bellezas, puesto que todas ellas son nativas de sus costumbres y de su suelo. Y con ello, es completa la verdad de los detalles y del conjunto. No hay cosa mas nuestra que ese poema, y tampoco nada mas humano. Todas las pasiones, todas las ideas fundamentales están en él. Las nobles y superiores, exaltadas como función simpática de la vida en acción, que representa el ejemplo eficaz; las indignas y bajas, castigadas por la verdad y por la sátira. Tal es el concepto de la salud moral.

Por eso, porque personifica la vida heróica de la raza con su lenguaje y sus sentimientos más genuinos, encarándola en un paladín, o sea el tipo más perfecto del justiciero y del libertador; porque su poesía constituye bajo esos aspectos una obra de vida integral, Martín Fierro es un poema épico.