Control de los microorganismos
Tema 7. Control de los microorganismos.
¿Por qué debemos controlar la proliferación de los microorganismos?
Podríamos argumentar que se trata de un tema de Salud Pública, puesto que el objetivo fundamental es prevenir la transmisión de la infección, así como impedir que los materiales utilizados en los procedimientos médicos (y en general, todos los materiales) estén contaminados y puedan propagar una posible infección. Sin embargo, el control microbiológico es también importante en otros ámbitos. Por ejemplo, en los laboratorios de Microbiología, donde una simple contaminación de una muestra puede alterar pruebas, tanto en el ámbito diagnóstico como el de la investigación; o a nivel económico (contaminación del agua, de cultivos, de ganados, etc. que supone una importante pérdida de materiales.
Términos empleados en el control de microorganismos:
Esterilización: destrucción de toda forma de vida, incluidas esporas, de un medio.
Desinfección: destrucción de aquellos agentes patógenos.
Antisepsia: creación de un ambiente que impida el desarrollo de los microorganismos
Asepsia: técnicas empleadas para impedir el acceso de microorganismos al campo de trabajo.
Desinfectante: sustancias empleadas sobre objetos inanimados.
Antisépticos: sustancias empleadas sobre piel y mucosas
Microbicidas (incluidos antibióticos): sustancias que eliminan las formas vegetativas (no necesariamente las esporas) de un microorganismo.
Microbiostáticos (incluidos antibióticos): sustancias que inhiben el crecimiento de los microorganismos.
Temperatura (mayor acción cuanta más temperatura)
Tipo de microorganismo (formas vegetativas son mucho más susceptibles que las esporas) Estado fisiológico de las células Ambiente (pH, consistencia del material, presencia de materia orgánica...)
Medios de control
Físicos
Por Calor La temperatura, junto con la humedad, es uno de los métodos más efectivos para acabar con los microorganismos. Por eso distinguimos dos tipos de calor, en función de la presencia o no de humedad en el ambiente. El calor húmedo, al favorecer la evaporación del agua la transmisión de calor, tiene una mayor efectividad por la coagulación de las proteínas y su inactivación. Calor Seco Incineración: destrucción de los microorganismos por exposición a una llama. Es un método que asegura esterilidad, y es usado rutinariamente en los laboratorios de Microbiología (mecheros Bunsen) y en la eliminación de residuos hospitalarios. Horno Pasteur (Aire Caliente): un horno con un ventilador que se mantiene a una temperatura entre 160 y 170 ºC. Se utiliza para esterilizar material de vidrio de laboratorio y aceites varios. Calor Húmedo Autoclave: es una cámara metálica que se cierra herméticamente, donde, aumentando la presión a 2 atmósferas, la temperatura de ebullición es de 121 ºC, a partir de la cual es capaz de eliminar las esporas bacterianas. Es posible también dejar abierta la llamada "llave de purga" del autoclave, con lo cual la desinfección se producirá a presión atmosférica. Sin embargo, las esporas no serían eliminadas en este caso. Pasteurización: mecanismo para eliminar microorganismos de ciertas bebidas (leche, vino, cerveza...). No elimina la totalidad de los microorganismos, sino que busca acabar con la Brucella y las micobacterias, sometiendo las bebidas a temperaturas de 70 ºC. Existe también el método UHT (Ultra-High Temperature), mediante el cual se somete a la leche a 148 ºC durante dos segundos, suficiente para esterilizarla sin desnaturalizar las proteínas de la leche). Por Filtración Filtros HEPA (Aire Particulado de Alta Eficiencia) que retienen partículas y microorganismos del aire de una campana de flujo laminar. Filtros de membrana: se usan en la esterilización de líquidos y en el análisis microbiológico de los mismos. Por Radiación Radiaciones ionizantes: utilizados para esterilizar (después de embalados, en las fábricas) los materiales quirúrgicos, fármacos, etc. a temperatura ambiente. Radiaciones no ionizantes: se utilizan para reducir la población bacteriana en los quirófanos, cuartos de almacenaje de material sanitario y superficies contaminadas en la industria alimentaria. A diferencia de la radiación ionizante, solamente ataca a los microorganismos en la superficie.
Químicos
Los diferentes grupos de desinfectantes y esterilizantes químicos son:
Ácidos y álcalis: actúan alterando la permeabilidad y coagulando las proteínas. A pesar de su naturaleza cáustica (ácidos sulfúrico y nítrico, sosa cáustica), se utilizan en determinados procedimientos de la industria. Compuestos de metales pesados: actúan interfiriendo sobre las recciones internas celulares, generalmente con la unión a grupos reactivos de las proteínas. En este grupo se encuentran, por ejemplo, las sales de plata (colirios, pomadas) o los compuestos de mercurio (mercromina y otros desinfectantes). Halógenos: agentes fuertemente oxidantes, utilizados muy abundantemente: flúor para la pasta de dientes, cloro para la desinfección del agua, y el yodo para la desinfección de la piel en forma de tintura, utilizado en el lavado quirúrgico de manos (povidona). Compuestos fenólicos: mezcla de compuestos derivados del fenol (no usado por su toxicidad y capacidad irritante) Alcoholes: actúan desnaturalizando proteínas y alterando permeabilidad de las membranas. El más utilizado es el etanol, en concentraciones de hasta el 96%, para la desinfección de instrumental y, sobre todo, de la piel para lavarla. No se debe utilizar en heridas, puesto que, por su poder coagulativo, puede crear un "escudo" protector que permita crecimiento bacteriano por debajo. Detergentes: agentes tensioactivos que actúan sobre las membranas celulares, ya sean aniónicos (laurilsulfato, utilizado en pasta de dientes, favorece la penetración en el interior de la placa), catiónicos (detergentes con amonio, compuestos utilizados en pinturas, cosméticos, etc.) o anfóteros (uso en pañales). Aldehídos: desorganizan la membrana citoplasmática, pero son tóxicos e irritantes para la piel y mucosas, así que se utilizan para la esterilización de instrumental médico, especialmente aquel sobre el que no se pueden usar métodos físicos (maquinaria, endoscopias, etc.) Agua oxigenada: utilizada como antiséptico en las pequeñas heridas de la piel.