El Contrapunto es una forma de estudiar la interacción entre dos voces musicales, de manera que las disonancias y consonancias sigan determinadas características estéticas, es decir, que tengan un estilo característico.

El contrapunto tiene origen en la era del Renacimiento musical, donde la música sacra de la Iglesia católica usaba la voz humana como uno de sus instrumentos principales para interpretar misas y/o cantatas, de manera que se crearon ciertas reglas acerca de cómo hacer que las voces interactúen de manera que sean fáciles de cantar para los intérpretes, así como seguir teniendo valor musical.

En la música sacra de la Edad Media al Barroco, la voz humana solía tener protagonismo sobre otros instrumentos, existiendo infinidad de cantatas, motetes, arias y misas, por lo que debido a las dificultades de componer melodías que fuesen fáciles de cantar para los intérpretes, así como satisfacer la estética predominante de esta música, la técnica y estética contrapuntística cobró grandísima relevancia. Es así como aquellos que perfeccionaron el arte del contrapunto llegaron a ser nombres muy sonados entre los académicos y teóricos de la música; los mejores ejemplos de esto son Giovanni Perluigi da Palestrina y Johann Sebastian Bach. En la actualidad, donde gracias a la evolución de los instrumentos musicales y la aparición de instrumentos electrónicos, muchos compositores novicios tienden a rechazar estas reglas, calificándolas de autoritarias o, en muchos casos, simplemente no ser útil para la estética de la música que ellos componen. Sin embargo, el contrapunto aún tiene relevancia en música orquestal o de bandas sonoras, por dar un ejemplo.

Según la disposición de las melodías, el contrapunto se divide en simple y trocado o invertible. El contrapunto simple es aquel en el que las melodías no cambian de disposición, esto es, la melodía superior siempre será superior y la inferior siempre lo será en el transcurso de la obra; dependiendo del número de melodías, este contrapunto puede ser a 2 partes, 3 partes o 4 partes, significando el número de melodías que están correlacionadas. El contrapunto trocado o invertido es aquel en el que las melodías pueden cambiar de disposición basándose en ciertas reglas muy estrictas que garantizan la pureza del estilo.

Según el tipo de melodía propuesta, el contrapunto se divide en contrapunto sobre el Cantus Firmus y contrapunto sobre el Canto Dado. El contrapunto sobre el Cantus Firmus se refiere a aquella composición derivada de una melodía con valores iguales de notas; por el contrario, el que es sobre el Canto Dado está basado en una melodía con distintos valores de nota.

Lecciones

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Véase también

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