Consumo responsable/Producción responsable

Toda producción tiene insumos, y por lo tanto producir requiere consumir. Este documento aborda algunas maneras de volver nuestra producción más sustentable.

Conceptos

Sustentabilidad

La sustentabilidad es un ideal, un objetivo. Ninguna marca en el mundo es 100% sustentable, porque el sistema económico mundial está muy interconectado, y ninguna parte puede ser sustentable en tanto el todo no lo sea. Un artesano utiliza un martillo para hacer una silla. Pero ese martillo fue hecho en una fábrica, y esa fábrica está compuesta por millones de clavos, tornillos, máquinas y piezas hechas quién sabe cómo. El metal del martillo fue extraído de alguna mina, y es imposible rastrear las condiciones en que se extrajo ese metal, o la manera en que se hicieron las miles de máquinas y herramientas utilizadas en la mina, o sus materiales. Ni hablar del transporte involucrado en que ese martillo llegue a las manos de nuestro artesano.

Por eso cuando decimos que una marca es sustentable, debemos interpretarlo como que se mueve en dirección a la sustentabilidad. En otras palabras, quiere decir que dentro de sus limitaciones, toma ciertas decisiones para arrimar un poco más el objetivo de la sustentabilidad global.

El concepto de sustentabilidad ya tiene varias definiciones. En su sentido más primitivo, la palabra significa "habilidad de sostener" y refiere a la capacidad de un sistema de sostenerse en el tiempo. ¿Cuánto tiempo? No infinito, claramente, pues nada es infinito, pero sí un tiempo ilimitado por el sistema mismo. Es decir que si el sistema colapsa, no será por causa de factores intrínsecos al sistema mismo, sino por algún factor externo. Con esta definición, resulta claro que el sistema actual de producción y consumo es insostenible. Se estima que cada año consumimos casi 50% más recursos de los que el planeta regenera, y en cuanto a los recursos fósiles (gas natural, petróleo, etc) el consumo es millones de veces más rápido que su regeneración. Un sistema así es insostenible, y por lo tanto va a cambiar. Depende de nosotros si cambia por las buenas.

Luego de cierto tiempo de teoría y práctica en torno a la sustentabilidad, se llegó a la conclusión de que para que un sistema sea sustentable, debe serlo en tres dimensiones: económica, social y ambiental. Quiere decir que el sistema debe ser sustentable económicamente (no debe ir a pérdida constante), socialmente (debe ser beneficioso para la sociedad) y ambientalmente (pues si destruye el ecosistema, se destruye a sí mismo).

Economía circular

Un ejemplo simple y claro son los productos envasados en vidrio. En muchos casos, los envases de vidrio son más caros que su contenido. Si el vendedor acepta envases de vidrio retornados por sus clientes, entonces puede ofrecer un precio menor si vuelven a comprar el producto, y al mismo tiempo aumentar sus ganancias.

Demos un ejemplo concreto, con números no tan alejados de la realidad. Imaginemos un vendedor de leche de almendras envasada en vidrio. La botella de vidrio más la tapa salen 30 pesos, mientras que producir el contenido sale 10 pesos. Suponiendo que el vendedor quiere una ganancia de 40 pesos por venta, el valor final del producto será de 80 pesos (el precio del envío, si lo hay, se descuenta de la ganancia). Un cliente compra el producto, y una semana después decide comprar otra vez. La segunda vez, al entregar el producto, el vendedor recolecta la botella anterior del cliente. Al hacerlo, el vendedor puede cobrar 60 pesos por el producto (20 pesos menos) y aún así aumentar su ganancia en 10 pesos (pues la botella salía 30), con lo cual no solo puede cobrar un precio más barato, sino que aumenta su propia ganancia, aumenta las probabilidades de que el cliente vuelva a comprar (por tener un precio preferencial) y por supuesto disminuye el residuo potencial.

Pero quizás estés pensando que quien sale perdiendo de toda esta operación es el vendedor de botellas de vidrio. Si todos los vendedores de productos envasados adoptan esta lógica, las ventas de productos envasados caerían estrepitosamente. No necesariamente. Para empezar, un envase de vidrio no puede reutilizarse indefinidamente. Con el tiempo se desgasta, y eventualmente necesita reemplazo. Claro que aun así, las ventas de botellas de vidrio bajarían, ya que si las botellas de vidrio no se reutilizaran, cada litro de leche de almendras vendido significa una botella de vidrio vendida, mientras que si las botellas se reutilizan, varios litros vendidos pueden significar una sola botella vendida.

Este tipo de lógica no es exclusiva de la leche de almendra o de los productos envasados en vidrio, sino de todo producto con partes reutilizables, que son la mayoría.

Materiales

Cuero

El cuero es piel de animal curtida. El proceso de curtido se realiza con cromo hexavalente, una sustancia que con el paso del tiempo libera cromo y contamina la tierra y el agua.

Los productos que utilizan cuero no son, por lo tanto, veganos, ¿pero son éticos? Si el producto utiliza cuero reciclado, entonces parece que está evitando (o retrasando) que el cuero termine en la basura y contamine. Pero por otra parte, si la demanda de cuero de segunda aumenta, entonces los productores y consumidores de cuero de primera podrán ganar dinero con sus descartes y financiar así sus actividades.

Si encuentro una pila de cáñamo y una pila de cuero, ¿cuál debería recuperar y reciclar? Por un lado, reciclar el cáñamo promueve la industria del cáñamo de segunda mano, y por lo tanto también indirectamente la industria del cáñamo. Del mismo modo, reciclar el cuero promueve la industria del cuero. En este sentido parece que lo mejor es reciclar el cáñamo. Sin embargo, el cáñamo es biodegradable, mientras que el cuero generalmente se curte con cromo hexavalente y si permanece tirado o se incinera, contamina la tierra y las napas subterráneas. ¿No es mejor entonces reciclar el cuero?

Véase también

• Guía de consumo responsable