Anexo clase 1
Caso 1
El 25 de julio de 2013 en un departamento del piso 11, ubicado en Gascón al 1100, en Palermo, en el que habitaban Daniela Escobar junto a sus hijos, paraba eventualmente Enrique de la Casa, ex compañero de la secundaria y con quien compartía el consumo de cocaína.
De la Casa se encontraba en situación de calle cuando Escobar le permitió quedarse en su casa por un tiempo. Luego de nueve meses de recibirlo, De la Casa muere en un incidente en un pasillo del edificio donde también se encontraba Daniela Escobar.
A partir de las declaraciones testimoniales se reconstruyen los hechos. De acuerdo con los testigos, se escucharon pasos en el pasillo de los departamentos, donde los vecinos observaron al señor Enrique de la Casa en el piso con una cortadura en el cuello producto de un arma blanca, la misma que tenía la señora Daniela Escobar en el momento del hecho con claras intenciones de ultimar al fallecido.
Sostuvieron además que Escobar y la victima mantuvieron una relación durante aproximadamente nueve meses –aunque se conocían desde hacía varios años– que tenían relaciones sexuales y que el occiso no tenía un domicilio propio.
Otros testimonios sostuvieron que Escobar mantenía una relación con un hombre de profesión Taxista y que Escobar tenía actitudes violentas.
En la indagatoria, Daniela Escobar explicó que invitaba ocasionalmente a Enrique de la Casa a consumir drogas ilícitas en su departamento en el cual se encontraban sus dos hijos y en algunas ocasiones luego de drogarse “les entraban ganas” y tenían relaciones sexuales.
El fiscal procesa a Daniela Escobar por homicidio agravado por el vínculo (art. 80 inc. 1 Código Penal) y solicita la prisión perpetua. El juez la encuentra culpable y la condena.
Caso 2
Catalina Lavalle es una joven de 17 años que sufre de epilepsia.
La epilepsia es una enfermedad crónica que afecta al cerebro pero no es una enfermedad mental y generalmente las personas con el problema pueden vivir una vida normal, casarse y tener hijos como todo el mundo. Si bien todavía se está lejos de encontrar una cura para la enfermedad, con medicamentos y cuidados adecuados, las crisis epilépticas pueden controlarse sin ninguna interferencia entre las actividades diarias de una persona.
Los ataques convulsivos de Catalina son prolongados (de hasta 20 minutos), por lo que le prescribieron una medicina fuerte con múltiples efectos secundarios:
o Problemas de la vista (lo que le impide manejar)
o Fatiga
o Somnolencia
o Malestar estomacal
o Reacciones cutáneas como el exantema del sarampión
o Sensación de mareo y visión borrosa
o Vómitos, cefalea, vértigo y náuseas
o Aumento de peso
Si bien el resultado de un mismo fármaco en dos pacientes puede ser totalmente distinto hasta tal punto que a uno puede beneficiarle y a otro incluso puede perjudicarle, Catalina se niega a iniciar el tratamiento por considerar que si bien sus ataques epilépticos son prolongados, no son frecuentes y que los efectos secundarios del medicamento ponen en riesgo su calidad de vida, el libre desarrollo de su personalidad y la posibilidad de llevar una vida social satisfactoria.
Los padres de Catalina insisten en que inicie el tratamiento especialmente por el hecho de que en el 70% de los casos los pacientes luego de usar los medicamentos por 3 a 5 años disminuyen o controlan casi en su totalidad los episodios convulsivos.